Quizás he vivido poco por mi voluntario aislamiento social, pero lo poco que he vivido me deja saber que lo que sentí fue superior a todo lo sentido antes. Me pregunto si alguien te besará con la misma ternura con la que lo hice esas pocas últimas veces. Ese primer miércoles en el parque y ese miércoles final en tu habitación.
Ahora mismo experimento un desgano profundo y contradictorio. Por un lado no tengo ganas de asumir ninguna responsabilidad, La frase "fijemos fecha" me parece terrorífica y aunque no quiero fallarle a las personas que confían en mí, sinceramente me llega al pincho todo. No quiero hacerme cargo de nada, no quiero asumir más trabajos. No quiero fijar una fecha de reunión. No quiero embarcarme en proyectos. No quiero tener obligaciones.
Por otro lado, contrasta el hecho de que también quiero dejarme llevar. Salir, viajar, caminar, involucrarme con gente. Sí. Involucrarme con mucha gente, pero de una manera distinta. Por algunos años me involucré con muchos tipos en el sexo, en la cama. Los usé como proveedores de placer y listo, pero ya no quiero eso, y aunque me joda un poco es por tu causa....
No es que quiero que todo suceda contigo, que piense que eres el amor de mi vida y tonterías así que efectivamente pasaron por mi cabeza. Es que probar lo que sentí contigo me ha hecho darme cuenta de que hay cosas muy superiores al sexo, al placer e incluso a la amistad. Estas ganas de fusionarme contigo, de derretirme en tus brazos... de estar siempre recostado en tu pecho son algo muy superior a todo lo sentido antes, y te lo dije. Y ahora que he visto un poquito del cielo, la tierra árida no me interesa más. La flojera es más cuando no se trata de nada más valioso que un roce, ahora sí.
Me siento como un olla a presión, una tarjeta musical, de esas que apenas las abres tocan una canción. Tengo tantas ganas de dar, de compartir, de entregarme a alguien... y te había elegido a ti para ser ese alguien a quien darle todo. Fui libre de orgullo y prejuicios a ti, para declararme enamorado. Tu insististe en que no había forma de que me sintiese así, que no te conozco, que no me conoces, y quizás sea un poco cierto. Las conversaciones más largas que hemos tenido fueron por chat. Sí, lo sé. Te conozco poco, y a pesar de que yo he vivido poco, también hay muchas cosas que no sabes.... pero si quiero que alguien sepa realmente quien soy, eres tú, gordo bonito, eras tú.
Pero luchar por amor me parece una de las más grandes estupideces jamás dichas, escritas y realizadas. Tengo un concepto mágico del amor que no sé de donde diablos saqué. Para mí todo debe surgir lento y pues... mágicamente. Y es que a pesar de tener la mayoría de veces tengo los pies puestos en la tierra, soy muy muy romántico. Y quería ser el tipo más dulce contigo. Así que, aunque las ideas de seguir viéndote para lograr que te vuelvas a enamorar de mí (si alguna ves estuviste enamorado) pasaron por mi cabeza, ya las descarté, porque el amor no debería ser resultado de una lucha, ni de una conquista, ni de una guerra. Debería ser resultado de la coincidencia, de la magia, del momento perfecto. Quizás sea un error muy grande soñar en que sea así, pero es como yo lo veo y siempre he sido fiel a lo que creo... y quizás sea el gran error que tuve contigo y el gran error que me condene a la soledad, que es algo cada vez más terrorífico.
Y me acuerdo, me acuerdo varias veces al día de ese último miércoles contigo, Sebastian. Me acuerdo el tenerte en mis brazos, besarte y escucharte gemir en mi oído. Recuerdo sentir tanta ternura, más ternura incluso que deseo. Recuerdo acariciar tus rulos, tus manitas rechonchas y mirarte de cerca. Tomarte de la cintura y sonreir lleno de deseo mirándote, y ver tu rostro algo asustado y sorprendido.
"Haz cambiado, Iván, tú no eras así".
"Aún sabes poco, Sebastian"
Y quizás debí completar la frase con "Quiero que sepas todo, Sebastian, quiero que tengas todo".
Pero no fue así y de nada vale arrepentirse.
El recuerdo es cada vez menos doloroso, y aunque me sorprenda, he sentido cierta paz luego de lo que pasó ese día, luego de que me dejarás claro que mientras las conversaciones contigo para mí fueron un tesoro único, para ti fueron algo cotidiano, algo de poco valor.
...
En el fondo agradezco tu afilada sinceridad. "Ya cerré ese libro" me dijiste un par de veces, mientras yo acababa de darme cuenta de que estaba en el mejor capítulo de un libro y que tenía que cerrar.
Soy más torpe ahora que todo acabo, más torpe para escribir, menos mágico.
"Qué bonito eres, Sebastian. ¿Te puedo llevar a mi casa para seguir abrazándote?". Te dije un par de veces. Reías y acurrucabas tu cabeza en la mía. Estoy seguro que por momentos te sentías tan atraído a mi como yo, más allá de las ganas que tenía de tocar mis piernas. Sé que tu rostro acongojado en el primer miércoles no fue mentira cuando te dije que quería estar a tu lado, estoy convencido de que disfrutabas tanto de los abrazos como yo.
En algún momento tuve ganas de tener sexo contigo, de aprovechar nuestra excitanción y hacerlo allí, en tu casa/cuarto, pero dudé, y creo que finalmente tuve razón en no propiciarlo. Yo ya estaba muy involucrado contigo... y tú ya no. Haber tenido con sexo hubiera clavado tu recuerdo aún más en mi memoria y en este momento te estaría extrañando más de lo que hago. Sentiría tu aroma en todo mi cuerpo y tus formas en mis manos y me sería mucho más difícil olvidarte. Afortunadamente no sucedió, a pesar de tenerte de rodillas en varios instantes, de que me abrieras los botones de la camisa, de yo haya tocado tus pezones y tu cintura desnuda. Tu tampoco querías, dijiste, a pesar de tocar mi erección en varias ocasiones y de rendirte ante mis piernas velludas, pero diablos, claro que no querías... Estábamos en tu habitación/casa, en dónde también vive Ricardo, tu ex. Ja. Vives con tu ex. ¿Necesito algún otro argumento para olvidarme de ti? Cada vez es más contundente, y mientras te analizo más, te encuentro más inconsistencias. Veamos, me dijiste que estuviste muy enamorado de Ricardo, y de hecho, vivieron como una linda pareja 2 años, él tuvo el placer que yo quería tener. Vivieron juntos. ¿Debe ser lindo, no? Despertarse y ver tus ojos marrones claros hermosos, y tus cejas pobladas. Tocarte el cabello y darte un beso. Levantarse, irse a estudiar o trabajar. Llamarse todo el día, contarse sus problemas, tener sexo increíble, hacer el amor... dormir juntos y agotados después de disfrutar de sus cuerpos y volver a despertar juntos, porque vivían juntos... hasta que él se dio cuenta de que quería ser heterosexual y se enamoró de una colombiana. Es decir, el tipo te hizo la más grande perrada que se le puede hacer a alguien y tu sigues diciendo que siempre lo vas a querer y yo no merezco ni un te quiero por chat. Yo también tengo un ex, se llama Irwin, lo quiero mucho, es un buen amigo, pero vive a medio planeta de acá y ya no lo veo, así que si bien, puedo entender que por temas económicos no te hayas separado de Ricardo, no puedo entender como es que siguen saliendo juntos, como es que lo sigues teniendo tan presente, Sebastian, ¿cómo?, ¿cómo es que aún no estás seguro de que vas a mudarte como me dijiste hace unas semanas? Quizás tu no has cerrado esa historia, y yo no quiero cerrarla por ti, ni obligarte a que lo hagas. No quiero luchar, no tiene sentido, no sé que haya pasado entre ustedes, no tengo derecho ni tengo porqué...
Por algún tiempo, horas, me torturó una idea. Yo había estado contigo allí, en el lugar de ustedes, acariciándome contigo, exitándonos y te había dejado allí, porque tú y yo no quisimos seguir, porque no me invitaste a quedarme (porque lo hubiera hecho a pesar de que hubiera tenido que ir con la misma ropa al trabajo al día siguiente) y nos dejamos ambos, yo con más heridas pero exitado, y tú, pues, libre de todo y exitado también. Me torturó la idea de que termines con el tal Ricardo, lo que empezamos. Ricardo, a quien finalmente conocí y estreché la mano. Un tipo alto con cara de idiota, y no lo digo por celos o resentimiento, en verdad tiene cara de zonzo, de idiota... Pero en realidad ya no me importa, Sebastian, y no es que ya no te quiera. Te quiero mucho todavía, pero siempre he sido práctico, y aunque en estas últimas semanas haya pensado mucho en ti y hecho cosas tontas como stalkearte y esperarte de más, lo hacía porque tenía esperanza, pero dado que el mensaje en concreto que me diste fue "ya no te quiero", ya no tengo porque guardarlas.
Así que, aquí seguro de que ya no me quieres, no me queda más que cerrar el libro y guardarlo en una estantería lejana pero accesible. Siempre me acordaré y sonreiré como un tonto.
Finalmente debo agradecer, no sé si a ti o a la casualidad, por haber sentido todas estas cosas en este tiempo, a pesar de que aún tengo mucho miedo. Gracias. Me estoy replantenado muchas cosas y voy a hacerlas un poco diferente ahora...
Gracias, Sebastian, por hacerme sentir menos vacío, por hacerme recordar que puedo dar mucho más que una buena o mala noche de placer. Gracias desde el inicio por ayudarme a creer en mí... la estúpida esperanza me dice ahora que quizás nos falta tiempo el uno al otro y que en unos años ambos tendremos el mismo nivel de madurez y vovleremos a intentar, quizás con voluntades equivalentes. Pero sinceramente, en este preciso instante no me interesa. No me interesa volver a intentar nada contigo, Sebastian. Han sido muchos años de usar a la gente como objetos y quizás he perdido mucho allí. Quiero involucrarme ahora, pero de verdad, a pesar de los riesgos y el miedo, y es muy probable que ahora que tengo los ojos más abiertos encuentre a otros geniecillos como tú y como yo, y que esos geniecillos estén en el tiempo perfecto y en el lugar correcto para involucrarse conmigo y así aprender y crecer como persona.
Ya no duele, Sebastian bonito.
Espero no volver a cruzarme contigo en un buen tiempo pues temo que toda la cordura que tengo ahora se desvanezca.
Adiós, Sebastian bonito. Sebastian, el que me escribía antes de dormir y apenas al despertar, el que me decía que me quería 3 veces al día como mínimo, el que me mandaba corazones en horario laboral. Yo te fallé a ti, y lo lamento tanto, pero tú ya no existes y como tu versión actualizada mencionó en un tuit: "no hay backup para las emociones".
Lección aprendida.
Si llegaste hasta aquí, gracias. Hace 4 años no escribía por aquí y es grato presentarle a mis alter egos de hoy a los alter egos de esa época. Han cambiaod muchas cosas. Quizás vuelva, quizás no. Lo seguro es que sigo mintiendo. Es que hay cosas que es mejor no cambiar.